VALENTINA GUERRERO MARÍN

En el más allá hay monstruos








En el más allá hay monstruos

vitral con cinta de cobre sobre claraboya

75 x 62 cm

2022

La naturaleza primaria del dios del mar Xxxxxx no puede ser fácilmente distinguida por quienes le ven. Algunas de las partes de su cuerpo se han roto; otras, han sido aplastadas. Toda su forma ha sido mutilada por las olas, conchas, algas y piedras que se han adherido con el tiempo. De este modo, Xxxxxx sólo puede ser conocido de manera parcial y opaca. Su cuerpo está en flujo: es esculpido, mutilado y reelaborado por el mar, pero también decorado por diversos accesorios animales y vegetales.

El origen de Xxxxxx nos invita a pensar en una experiencia mediada por el agua y a considerar cómo el entorno oceánico puede expandir nuestro horizonte cognitivo, más allá de la experiencia fenomenológica habitual. El espacio marino posibilita el reorganizar, reorientar y remodelar debates ontológicos que suelen estar restringidos por los límites de lo terrestre. En el más allá hay monstruos es una pieza de vitral concebida desde un deseo inmersivo: el vidrio es un material esquivo, dúctil e indeterminado. Su ambigüedad formal hace referencia a la hipnótica posibilidad del agua de tomar todas las formas, o ninguna. Las superficies ondulantes del vitral y las formas acuosas que proyecta, hacen eco con la idea de cuerpos en flujo, al asociarlo con el proceso de fundición por el cual el vidrio pasa de un estado líquido a uno sólido. El vitral se percibe como superficie de agua colorida y congelada, que actúa como una zona de contacto entre seres difusos y el espacio-tiempo de lo cambiante.